El Centurión cree en las palabras de Jesús, cree que ellas se producen, cree en la acción de Dios,
La fe de este hombre va acompañada de la humildad y la honestidad, dos virtudes necesarias para estar con Jesús y para poder confesar la fe.
El Centurión olvidado de su condición de estatus, se acerca a Jesús, se puso de pie delante de Jesús y realiza su súplica confiando en él, este hombre actúa con humildad al confesarse indigno.
El primer paso que podemos dar en este adviento es tomar como ejemplo al Centurión, ¿ en este adviento queremos ser humildes?.
Estemos de pie delante de Jesús como el Centurión, confiando totalmente en las palabras de Jesús.
Por lo tanto, esperemos la venida del nuestro Señor con humildad.