Santificar la lengua II


cantar

En esta segunda parte de la meditación el beato Alberione nos exhorta a usar bien el don de la lengua.  ¿Qué pasa cuando usamos el don de la lengua para el mal?

El beato comparte con nosotros la historia de  Esopo (fabulista griego, al que se atribuyen centenares de apólogos y fábulas de tono humorístico y conformista. Se piensa que fuera un esclavo frigio, de aspecto deforme pero de espíritu despierto. Vivió y actuó en la isla de Samos.) A Esopo le había mandado su amo preparar un buen almuerzo para unos amigos invitados. Cumplió la orden con solicitud, y cuando llegaron los amigos a la mesa, presentó en el primero y segundo y tercero y cuarto plato lenguas cocinadas diversamente. El amo se enfadó y le preguntó por qué había hecho así. «Porque me has mandado preparar lo mejor que hay. Y bien, ¿qué mejor cosa que la lengua? ¡Mucho bien le viene de la lengua a la humanidad!». Queriendo el amo desquitarse, dijo: «Estos amigos estarán invitados también mañana; prepárales todo | lo peor que haya ». Y de nuevo, al día siguiente, se repitió el mismo modo de servir a la mesa los mismos alimentos. El amo se irritó todavía más. Pero Esopo se excusó diciendo: «¿Qué hay peor que la lengua? Con ella se siembran muchas discordias y muchos errores ».

Aprendamos a usar bien la lengua, no difamemos, no digamos malas palabras, ya desde esta mañana hagamos un buen propósito de usar bien nuestra lengua.

 

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